viernes, 11 de diciembre de 2015

La representación antropomorfa I


 
     LA ESCULTURA EN EL PALEOLÍTICO INFERIOR Y MEDIO

   Consideramos el arte como una expresión propia de nuestro genero humano; el Homo Sapiens, pero revisemos unos escasos hallazgos, controvertidos y desafiantes que han llegado a provocar un debate científico de dicha teoría.

    Unas supuestas esculturas halladas en estratos vinculados a la cultura achelense podrían derrumbar dicha acepción. En Berekhta Ram (Israel) apareció en 1981 una pequeña pieza de 3,5 centímetros atribuible a un torso femenino. Presenta claras alteraciones provocadas por incisiones sobre la roca natural, definiendo volúmenes. Las marcas fueron ejecutadas por utensilios líticos afilados. Sobre la sección más estrecha y redondeada, configuran la cabeza; y otras dos secciones delimitan los posibles brazos. Podemos estar ante la primera representación humana. El testimonio más antiguo de Arte paleolítico. No extinta de dudas sobre su autenticidad.

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      La Venus de Tan-Tan es otra posible representación antropomorfa. Elaborada en cuarcita fue localizada en sedimentos fluviales arqueológicos achelenses medio evolucionados. En el río Draa al norte de Tarfaya, Marruecos.  Se llegó a demostrar, analizada en laboratorio, que su forma y perfiles son diseños naturales, pero que los numerosos trazos horizontales que realzan brazos, hombros y nalgas fueron ejecutados mecánicamente con objetos afilados. Estudiada al microscopio reveló el contenido de pigmentos  ocres, obtenidos con óxido de magnesio y de hierro, los mismos que no aparecen en el conjunto de bifaces que aparecieron rodeando, casi ritualmente, a la figura.



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          Peor considerada es la colección de ídolos localizados por Jorge María Ribero-Meneses en San Vicente de la Barquera. Entre una colección atribuible a peces existen unas posibles piezas antropomorfas horadadas según su descubridor por neandertales, cantos hallados en la playa cantábrica de Merón. Los autores realizan recursos como insinuar la nariz, haciéndola coincidir con vértices o abultamientos naturales sobre la piedra arenisca. Hendiduras paralelas conforman la boca, y un único ojo sobre la representación lateral de frente huidiza, hocico prominente y mentón ausente. Ignoradas las piezas permanecen en un museo local reverenciados por el doctor y sus colaboradores en un claro desafío a lo dictado.





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