La simbología de la gran diosa surge en el
Paleolítico como concepto social religioso que permita explicar los designios
de
la naturaleza desde perspectivas antropomorfas. Las necesidades de estas
comunidades cazadoras son básicas;
caza, protección, fertilidad, buenas
condiciones climáticas
que auguren una recolección propicia… la relación que
establecen con el medio es de tú a tú, en igualdad de
condiciones, a sabiendas
de que cualquier designio del medio puede dar al traste con la supervivencia.
El hombre comienza
a establecer ciclos por medio de las estaciones, la posición
del sol, o las fases lunares. Y termina dándose cuenta de que es
un elemento
más en medio de una natura cambiante, dura; en ocasiones insospechada.
Crea la imagen de la diosa Madre Tierra.
Una figura
de atributos femeninos como corresponde a una
sociedad igualitaria;
tal vez matrilineal, donde lo físico
permanece unido a lo espiritual, lo
inmaterial. La diosa
como la tierra rige los acontecimientos más
trascendentes;
la fecundidad, la caza, el misterio de la
muerte… Se le rinde tributo, en
ocasiones ocupa el
emplazamiento principal de santuarios, en otras
ocasiones es
desperazada, amputada la cabeza y
enterrada en ritos… Se la representa con
formas
corpulentas, anchas caderas, senos abultados, pubis
marcados… Toda su
imagen delata su estado de embarazo… Los detalles del rostro, las extremidades
son omitidas o caricaturizadas. No importa el rostro de la diosa, lo
verdaderamente trascendente es su carácter. En este
contexto no aparece ninguna
otra representación de
deidad alguna. Ella en si misma es el principio
creativo, su temperamento domina las tormentas, la vida y la muerte.
A finales del Paleolítico aparece
asociada a otros signos
que esquematizan su presencia; vulvas, cruces,
meandros, triángulos… Su imagen, grávida continúa predominando en estatuillas
elaboradas en piedra, marfil o hueso, ahora combinadas con las primeras
terracotas. El concepto
comunitario genera un pequeño avance, terminan por
producirse los primeros asentamientos; las primeras domesticaciones de plantas
y animales; y con ellos surgen
nuevas dudas, resueltas con nuevos
planteamientos. La
diosa es relacionada con la serpiente, con el árbol sagrado,
con el ave. Las condiciones climáticas terminan
suavizándose, produciéndose
incluso sequías. El ave es
indicador con sus migraciones del
proceso de mejora del
tiempo, del regreso de la vida, o de la llegada del
invierno
cuando emprende el camino de regreso hacia el sur. La
serpiente por su
muda de piel, por desaparecer durante el invierno bajo la tierra tiene el
carácter de la diosa.
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