martes, 4 de junio de 2013

LA DIOSA TIERRA


    La simbología de la gran diosa surge en el Paleolítico como concepto social religioso que permita explicar los designios de
 la naturaleza desde perspectivas antropomorfas. Las necesidades de estas comunidades cazadoras son básicas;
caza, protección, fertilidad, buenas condiciones climáticas
que auguren una recolección propicia… la relación que
establecen con el medio es de tú a tú, en igualdad de
condiciones, a sabiendas de que cualquier designio del medio puede dar al traste con la supervivencia. El hombre comienza
a establecer ciclos por medio de las estaciones, la posición del sol, o las fases lunares. Y termina dándose cuenta de que es
un elemento más en medio de una natura cambiante, dura; en ocasiones insospechada.


    Crea la imagen de la diosa Madre Tierra. Una figura
 de atributos femeninos como corresponde a una
sociedad igualitaria; tal vez matrilineal, donde lo físico
permanece unido a lo espiritual, lo inmaterial. La diosa
como la tierra rige los acontecimientos más
trascendentes; la fecundidad, la caza, el misterio de la
muerte… Se le rinde tributo, en ocasiones ocupa el
emplazamiento principal de santuarios, en otras
ocasiones es desperazada, amputada la cabeza y
enterrada en ritos… Se la representa con formas
corpulentas, anchas caderas, senos abultados, pubis
marcados… Toda su imagen delata su estado de embarazo… Los detalles del rostro, las extremidades son omitidas o caricaturizadas. No importa el rostro de la diosa, lo verdaderamente trascendente es su carácter. En este
contexto no aparece ninguna otra representación de
deidad alguna. Ella en si misma es el principio creativo, su temperamento domina las tormentas, la vida y la muerte.


      A finales del Paleolítico aparece asociada a otros signos
que esquematizan su presencia; vulvas, cruces, meandros, triángulos… Su imagen, grávida continúa predominando en estatuillas elaboradas en piedra, marfil o hueso, ahora combinadas con las primeras terracotas. El concepto
comunitario genera un pequeño avance, terminan por
producirse los primeros asentamientos; las primeras domesticaciones de plantas y animales; y con ellos surgen
nuevas dudas, resueltas con nuevos planteamientos. La
diosa es relacionada con la serpiente, con el árbol sagrado,
con el ave. Las condiciones climáticas terminan
suavizándose, produciéndose incluso sequías. El ave es
indicador con sus migraciones del proceso de mejora del
tiempo, del regreso de la vida, o de la llegada del invierno
cuando emprende el camino de regreso hacia el sur. La
serpiente por su muda de piel, por desaparecer durante el invierno bajo la tierra tiene el carácter de la diosa. 

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